miércoles, 27 de mayo de 2009

Cromo para navegar

Dice la historia "oficial" que los navegadores datan del finales de los 80, cuando una variedad de tecnologías pusieron los cimientos para el primero de ellos. Hecho que se le atribuye a Tim Berners-Lee en 1991.

Este primitivo navegador reunió una variedad de tecnologías de software y de soporte físico, dando lugar todo esto para que en 1993 naciera el que se reconoce como padre de los navegadores modernos: el NCSA Mosaic.

Marc Andreessen, el líder del equipo del mosaico en el National Center for Supercomputing Applications (NCSA), pronto comenzó su propia compañía, nombrada Netscape, y lanzó el Netscape Navigator en 1994, el cual se convirtió en rápidamente el mas popular del mundo, usado por el 90% de quienes en aquellos tiempos navegábamos con raquíticos modems de 14,400 bits/segundo.

Microsoft respondió con su Internet Explorer en 1995 (también muy influenciado por Mosaic), iniciando la primera guerra de la industria de los navegadores.

Gracias a que en esos tiempos se tenía como única opción para las PCs del usuario final al sistema operativo Windows, además de que que se incluyó Internet Explorer en la "media" de instalación de dicho Sistema Operativo, Microsoft logró que para el 2002, Internet Explorer tuviera un índice de popularidad del 95%. Brillante estrategia, lo admito.

Desde 1998, Netscape lanzó lo que a la postre derivó en la fundación de Mozilla, en un esfuerzo por producir un navegador competitivo usando el modelo del software libre. Mozilla daría por resultado a Firefox con su versión oficial 1.0 a finales de 2004.

Para estas fechas, Firefox 3.0.X representa un nada despreciable 35% del mercado con un muy franco aumento tanto en el mundo Linux, como en otras plataformas incluyendo a Windows.

Es cierto. Ha habido otros navegadores como son Opera y Safari, siendo caso especial este último por ser el navegador oficial de los equipos Macintosh y el sistema operativo MacOS.

Hoy me encuentro con la grata sorpresa de la segunda versión de el navegador Chrome de Google. Desafortunadamente solo para plataforma Windows por el momento, pero tengo la promesa por escrito de Google que ya están trabajando con todas sus ganas para liberar el sabor Linux.

Decidí instalarlo en una máquina virtual sobre mi fascinante sistema operativo Linux, usando tecnología provista por VMware con su WorkStation 6.X, teniendo a Windows XP SP2 como sistema operativo huesped de dicha máquina virtual.

En primer lugar se ve un producto mucho mejor acabado que la versión que le precedió. Su tiempo de "carga" es inmejorablemente rápido y, tras haber importado de mi Mozilla Firefox 3.0.X toda la información relativa a mis sesiones anteriores, me di a la divertida tarea de ingresar con Chrome a todos aquellos sitios que tanto utilizo. Todos es todos...

No obstante estar trabajando en un Windows XP SP2 dentro de un ambiente virtualizado, los tiempos de respuesta de los sitios es excelente y hasta el momento Java Script, Java, Flash y demás "Plug-Inns" funcionan perfectamente bien.

Su maravillosa opción para mostrar el mosaico con los últimos sitios visitados (algo que Opera ya manejaba), complementa mejor aún la propuesta.

Sinceramente no por nada los "Redmon Boys" están "virtualmente aprensivos" con respecto a la medida de la Unión Europea, en la que se les exige incluir a Chrome en su "media" de instalación.

Como mencioné líneas arriba, el éxito de Internet Explorer se dió por su inclusión en la instalación de Windows. Instalándose Chrome de inicio y con las ya nefastas experiencias que usuarios del "explorer" han tenido y siguen teniendo, simplemente Chrome podría en no menos de dos años desbancar al navegador "de la casa".

¿Ventajas? Las que toda opción adicional otorga "per se" a un Cliente Final, comenzando con el poder para elejir libremente lo que mas le convenga.

¿Vale la pena probar Chrome? Claro !!! Realmente tiene todo lo que un buen navegador necesita y debe ofrecer para trabajo y esparcimiento.

¿Chrome sustituirá a Mozilla? No. Es una opción mas. Serán los usuarios finales los que decidan cual utilizar, pero creo que hoy con las opciones en la mesa, pudiendo utilizar la que se desee y poder cambiar de parecer en cualquier momento, abre mas aún las posibilidades y deja la "bara alta" para todos los involucrados en la competencia.

Que mejor que recordarte estimado lector, que la mesa está nuevamente servida.

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