La nube, ese fenómeno social.

Martes, 22 de Diciembre de 2009 02:18

A fines de los años setenta se hizo popular y comercialmente rentable la venta de equipos "Radio Banda Civil". Cabe mencionar que un catalizador que provocó que eso ocurriese de manera más rápida y explosiva fue la exhibición de la película "Smokey And The Bandit" (dos pícaros con suerte era su "sugerente" título en español).

La posibilidad de que una persona como cualquiera, sin necesidad de tramitar una licencia de locutor y/o cualquier otro papeleo burocrático para poder transmitir su voz en el "éter", era sencillamente una maravilla.

Si a lo anterior sumamos el hecho de que se tenía un "acuse recibo" por la transmisión, pudiéndose iniciar todo un diálogo y hasta toda una tertulia vía cualquiera de los hasta cuarenta canales disponibles en el espectro de radiofrecuencia, simple y sencillamente resultó para muchos la oportunidad de oro para hacerse escuchar y SOCIALIZAR.

Cierto es que como todo en esta vida hubo quienes abusaron del inventito y por unos instantes el intentar tener un intercambio realmente inteligente de ideas se tornó en toda una odisea, pues no faltaban los "diez-cuarentayocho" que con su "portadora" ahogaran la voz de algún "bigotito" o una "pestañita" que estuviesen en la "frescura", viéndose obligados a hacer "diez-cero-ocho" o definitivamente un "diez-cero-siete" para aplicar entonces un "diez-veintiuno" si es que se tenía el número del "veintiuno" o definitivamente acudir a "los veintes" de tu interlocutor y acabar persona a persona.

Cabe agregar que esos abusos se dieron principalmente a un "poder" que otorgaba el anonimato con el que hasta cierto punto se podía transmitir, pues solamente era necesario utilizar un pseudónimo o "diez-veintiocho" que nada tenía que ver con el nombre verdadero del interlocutor. Huelga decir que también en su momento el medio en cuestión fue satanizado o convertido en refugio catártico para algunas personas que por su condición fisiológica, fisionómica o hasta psicológica les era imposible sostener una conversación "normal".
¿A qué se parece todo esto? Creo que el lector ya se dio cuenta que ese "radio banda civil" pasó de el "éter" a la Internet. Ahora todo eso se llama "Cómputo Social".

Sí. Ya no es necesario comprar un aparato tranceptor de radiofrecuencias. Ahora con tu computadora personal y un enlace a Internet decente (de 512 Kilobits/segundo en adelante) es posible intercambiar ideas, fotografías, videos, etc.

Seguimos utilizando el pseudónimo. Ahora le llamamos "nickname", que para efectos de una traducción literal un "nickname" es un pseudónimo o nombre ficticio.

Sigue habiendo quienes desean abusar de el anonimato y de las ventajas que ofrece la ubicuidad estandarizada del medio de transmisión-recepción, pero ahora es evidente que nadie puede ahogar tu voz.
Por otro lado y aunque para ciertas personas es su única ventana a la socialización, para otros ha representado una manera de expresarse libre y económicamente con un alcance nunca antes soñado. El software social es el "éter" por el que nuestra voz, nuestras ideas y nuestros sueños pueden ser escuchados por todo el mundo (literalmente).

Gracias a la nube y al Cómputo Social ya no existen barreras impuestas por gobiernos, monarquías o dictaduras. Ya no es necesario tener una costosa infraestructura para poder imprimir tus ideas, ni tampoco es necesario tener que mantener (si mantener) a toda una cadena de personas como abogados, agentes, editores, comercializadoras, distribuidoras, librerías, etc. para que tus ideas sean leídas, escuchadas y/o hasta vistas.

Podríamos enumerar millones de ejemplos de personas como Ustedes y Yo mis queridísimos lectores, así como también gente del mundo de las letras y el espectáculo que han tomado ya las riendas de su arte y su negocio, prescindiendo de los intermediarios y obteniendo retribuciones mas justas por su trabajo.
Bienvenidos pues a este nuevo mundo de la nube. Bienvenidos también al mundo de el Cómputo y las Redes Sociales, en donde ahora si es posible vivir el sueño de los Enciclopedistas franceses en donde el conocimiento está al alcance de todos, y la posibilidad de ser escuchado y leído también está al alcance de todos.

¿Deseas Tú querido lector hacerte escuchar? ¡Qué esperas!

Hoy la mesa está mas puesta que nunca y tu lugar te espera.